“La diferencia está en los ojos con los que tú me miras”. Es el lema que padres y alumnos de la escuela infantil María Orts portarán en las camisetas que lucirán hoy con motivo del Día Mundial del Síndrome de Down. Una iniciativa que surgió de una madre con un niño afectado por esta discapacidad para los pequeños de la clase de su hijo, pero cuyo fin solidario ha traspasado aulas y en la que todo el centro educativo se ha volcado para lograr la plena integración de estos pequeños.
Un trabajo en el que a diario descargan todo su esfuerzo el equipo de educadoras de la escuela, integrado por seis educadoras y una maestra -cinco educadoras tutoras, una educadora de apoyo y la maestra directora-, quienes exprimen todos los días su experiencia pedagógica para atender con la máxima calidad educativa y grandes dosis de sensibilidad a los 79 alumnos que tienen a su cargo, entre ellos seis niños con diferentes discapacidades.
El desempeño de esta labor en ocasiones no cuenta con los recursos humanos y materiales necesarios, puesto que las ratios han ido en aumento en las últimas décadas llegando en la mayoría de las aulas a una veintena de niños por clase, donde están integrados los pequeños con necesidades educativas especiales. Una proporción elevada teniendo en cuenta dicha circunstancia y que para estos casos la ley no contempla una reducción de las ratios. Se trata de pequeños de muy corta edad, todavía muy dependientes en algunos aspectos, lo que requiere de un sobreesfuerzo aún mayor por parte del equipo docente, que debe suplir esas carencias ¬–lo hace de motu proprio- cuando en el aula hay menores que precisan de una mayor asistencia. En ocasiones, los profesionales incluso adaptan aparataje que les prestan para ofrecer una mejor atención a pequeños que prestan, por ejemplo, problemas de movilidad.
El trabajo delicado y concienzudo que realizan las profesionales para mostrar a los niños que “la diferencia enriquece” ha llevado aparejado, merced al boca a boca, que familias con hijos con discapacidad decidan solicitar plaza en esta guardería, que viene atendiendo, bajo el paraguas de la integración, a niños con autismo, déficit de atención o afectación en las diferentes áreas del desarrollo, entre otros casos. La mayoría requiere de una atención temprana fuera de las aulas de María Orts, asisten a sesiones en Aspanias, unos tratamientos que desde la guardería siguen de cerca en pro del desarrollo de estos menores.
Con el fin de hacer visibles a estos niños y fomentar su integración social, la escuela, dependiente de la Conselleria de Educación, ha organizado para hoy una serie de actividades como juegos y talleres para trabajar la diversidad. Además, el protagonista de esta jornada tan especial será Nicolás, cuya foto –igual que la de otros niños con Síndrome de Down que han pasado por las instalaciones- ya centra muchos de los murales expuestos en el centro esta semana y donde aparece con algunos familiares, entre ellos su abuelo, y con sus compañeros. Un niño que tiene encandilados a todos en la guardería, por su espontaneidad y por ser tan cariñoso con quienes le rodean.
El broche final a la fiesta lo pondrá la música. Los talleres estarán acompañados por canciones variadas sobre la inclusión y, para acabar la jornada reivindicativa, los asistentes harán un círculo central en el que juntos cantarán la popular pieza del cantante Macaco ‘Todos diferentes, todos iguales’.
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