De esos que se sientan frente a un papel en blanco. De esos que cuando la inspiración les llega, lo hace en su lugar de trabajo: el escritorio de su habitación, la mesa de la cocina, la terraza de un bar… Así es Eduardo Boix, el escritor ilicitano que mientras camina su cabeza absorbe paisajes para luego describirlos en sus obras.
Ser escritor no es una de las mejores profesiones. No lo es cuando tu supervivencia no depende de la tinta que cae en forma de letras en sus libros. No lo es cuando tienes que lidiar con grandes editoriales que, en su controversia, le dicen “una gran obra que no podemos publicar”. Yo lo conozco. Conozco sus vaivenes de ánimo, su necesidad de volcarse en su mundo imaginario y narrar, contar o sumergirnos a nosotros en esas historias inventadas, esas que muchas veces están salpicadas de cruda realidad.
Eduardo Boix es perseverante, lúcido y obstinado. Tanto que esa pasión por plasmar su imaginación en papeles ordenados en forma de libro lo hace seguir escribiendo: En las mañanas, en las noches o en los ratos que le roba a nuestra rutinaria vida.
Gracias a ese empeño ahora es columnista del diario El Caso, la revista de sucesos que ha vuelto a los kioskos después de 20 años. Una revista que puedes encontrar Elcaso.net ahora también semanalmente en los kioskos.
Superarse y emprender con nuevas formas de contar está en el ADN de este polifacético escritor ilicitano. Una vez más, nos sorprende con su columna el caso.