Historias de mujeres
La jubilación, la edad madura de las personas
Historias de mujeres
La jubilación, la edad madura de las personasElla: Loli Vera
Profesión: Educadora infantil
Estado actual: Jubilada
Se define como: Una niña
Lugar de nacimiento: Granada
Lugar de residencia: Elche
La jubilación es esa época de la vida del ser humano en la que abandona su edad laboral y entra en una nueva etapa en la cual ya no tiene que seguir un horario y puede disponer de su tiempo como desee. Pero las estructuras sociales cambian y los jubilados viven ahora una nueva época dorada en la que se encuentran activos, con energía y desubicados en cuanto a la palabra «jubilación».
Loli Vera es una nueva jubilada a efectos del estado. Deja atrás sus años como educadora infantil en la E.I. «Els Xiquets» de Elche, una escuela municipal con un amplio recorrido e historia en la que Loli es parte de ella.
Ahora deja atrás a todos los niños y sus familias, centrándose en la suya, en su nuevo estatus de «jubilada» y también, y como es normal en la sociedad en la que vivimos ayuda a sus hijos para que estos puedan conciliar con sus trabajos.
Mujer activa, profesional impecable y abuela en momentos claves describen a esta nueva hornada de personas que abandonan sus profesiones para disfrutar en plenitud unos años repletos de sabiduría, experiencias y sobre todo pasión. Algo que, a esta andaluza de nacimiento no le falta.
Gracias a esa nueva inquietud se han ido tejiendo nuevas redes profesionales maduras y proyectos, como los que aporta «Vida Senior Sostenible» en los que en plena conciencia de su vida saben que la última etapa de la vida de una persona debe vivirse plena, y sobre todo buscando este tipo de actividades que les hacen felices y que por motivos económicos o profesionales no pudieron hacer antes.

Loli Vera, mujer trabajadora en los años de la transición
Con apenas 22 años Loli consigue, por esas casualidades que muchas veces brinda la vida, entrar a trabajar como auxiliar de puericultura en una escuela infantil municipal. Ella, al igual que muchas familias, llega a la ciudad, desde tierras granadinas, en busca de trabajo junto a su familia. Y después de intentarlo en varios sectores es el trabajo con niños pequeños lo que confirma su pasión y lo que hasta hoy ha sido su profesión. ¿Quieres contarnos cómo fue ese primer contacto con tu profesión como educadora infantil?
Fue una casualidad, mi hermana llevaba a sus hijos a una escuela infantil municipal y un día le dijeron que necesitaban una persona. Yo por aquel entonces estaba haciendo un curso a distancia sobre puericultura, pero también había probado otros trabajos en el calzado. Así que allí me presenté, me aceptaron y comencé totalmente pez a trabajar con niños. No tenía experiencia, solo algunas nociones en un libro de texto, pero eso no impidió que me enamorara de aquel trabajo.

Desde entonces hasta ahora y en plena transición democrátrica y social, tú eras personal contratado para el Ayuntamiento de Elche. ¿Cómo fue esa evolución hasta ser funcionaria?
Para poder consolidar mi trabajo tuvimos que reciclarnos profesionalmente; cursos y sobre todo adaptaciones a nuevas legislaciones laborales dentro de la Institución. Tuve que estar varios años estudiando por las noches para conseguir esta conversión y lo conseguí. Aunque siempre pensé que es necesario contribuir a los cambios y adaptarse a lo que viene. Y por ello también, durante toda mi carrera profesional uno de mis objetivos ha sido el aprender más y más sobre mi trabajo. «Mis niños lo necesitaban» concluye Loli Vera.

La sociedad está cambiado a una velocidad vertiginosa en los últimos años y tú has sido partícipe de ese cambio que también se ha notado mucho en el ámbito escolar. ¿Qué factores o cambios destacarías?
He vivido un cambio social muy intenso. Yo comencé en las aulas trabajando con unas familias cuya confianza era plena en las educadoras. Y fruto de todo eso, en la escuela se han promovido infinidad de actividades que hoy día serían inviables. Como jornadas de cuatro días en campamentos, convivencias entre todo el ámbito familiar como el «Día de los abuelos».

Hoy, la relación con el educador es diferente. La falta de conciliación laboral hace que las familias tengan una relación más distante con las monitoras, y la relación con sus hijos también es muy diferente. Aún así, cada época la he vivido con entusiasmo, aceptando la identidad de las nuevas familias, su forma de relacionarnos y de implicarse. Siempre he tenido muy claro que mi profesión se debía a mis niños, estar con ellos educarlos y que fueran felices fue mi prioridad.
Y recientemente jubilada, ¿cuál es la emoción que tienes ahora?
Son muchas emociones y muy dispares. Pero mi sentimiento más placentero ahora mismo es poder llevar una vida más tranquila, sin tanta responsabilidad, poder ver crecer a mis nietos muchos años más, hacer mis cosas sin presión de nadie Y sobre todo, haber conseguido llegar al fin de mi vida laboral muy bien y muy orgullosa de mi trabajo: El ayudar a crecer a tantos niños. Ser parte de sus recuerdos realmente me emociona.
Vivimos en una sociedad con muchas carencias a nivel de conciliación familiar, y muchos abuelos son reclamados por sus hijos para que les ayuden en sus tareas familiares. ¿Ejerces de abuela para que ellos puedan trabajar?

¿Eres activa, qué tipos de ejercicios o actividades haces?
Desde que estoy jubilada procuro andar todos los días una hora mínimo y te confieso que me encantaría poder hacer muchas más cosas. Igual hasta me animo para ir a un gimnasio.
Una vez culminada tu vida profesional, ¿qué consejos en la búsqueda de trabajo le puedes dar a quienes se inician profesionalmente?
Procuro animar a todo el mundo a que estudie, que se preparen bien. Porque tener una buena base es importante y que amen su profesión más todavía. Sé que es muy difícil encontrar hoy en día un puesto de trabajo estable, pero es importante el que se sigan formando y actualizando para que ese trabajo no se estanque ni a nivel profesional ni personal.
¿Cómo valoras tú, tras tu experiencia, dedicarte a una profesión que realmente te apasione?
Trabajar en lo que te gusta es, en mi opinión, es lo más importante que pueden hacer las personas. Esa ilusión con la que empiezas el día es necesaria. Yo he disfrutado muchísimo haciendo mi trabajo, y como cualquier persona he tenido momentos, días, rachas que no han sido tan buenas o tan positivas. Pero si tengo que hacer un resumen de todos mis años como educadora, te puedo decir que guardo muchísimos recuerdos, anécdotas, momentos preciosos… Crecí mucho como persona ayudando a crecer a los niños. Con ellos también he madurando y he conocido a muchísimas familias, y guardando muy buenos recuerdos de todas ellas.
¿Qué necesidades sociales crees que tienen los nuevos jubilados?
Y tras tu despedida, ¿quieres agradecer algo a quienes te han despedido de tu carrera profesional?
Agradecer a todas mis compañeras con las que he compartido tantos momentos la despedida que me hicieron desde la escuela. Fue emotiva e inolvidable. Pero también quiero destacar el detalle del Ayuntamiento de Elche para honrar a quienes les hemos servido siempre.
Creo que no podré olvidar las palabras de agradecimiento del alcalde de Elche, Carlos González, al destacar nuestra labor como funcionarias en la sociedad ilicitana. Ten en cuenta, que nuestra relación con ellos es de lejanía y sentir como en el salón de pleno tuvo la amabilidad de despedir esta trayectoria nuestra con esas palabras tan emotivas… Además, nos regaló una réplica del Ayuntamiento de Elche como recuerdo. Sin duda, es un motivo más para estar satisfecha con mi profesión, con mi trabajo tanto a la escuela como a mi ciudad.
Jubiladas, tecnológicas y jóvenes
El 71% de las personas que hoy están jubiladas se siente joven, con ganas de aprender cosas nuevas y de realizar todo tipo de actividades. Los datos se desprenden del Barómetro “Retrato de un jubilado en España”* elaborado por Kantar TNS para VidaCaixa en colaboración con la Obra Social «la Caixa».