Hacer cosas distintas a veces trae resultados diferentes. ¿Por qué acabar un libro para lanzarlo? Eso es lo que Laura Henche, una escritora en ciernes decidió hacer antes de terminar su libro, una forma diferente de introducirse en un mundo digital donde adaptarse a las nuevas comunidades lectoras juveniles.
Actualmente, Laura Henche se encuentra finiquitando los últimos capítulos de esta novela, cuya versión física estará disponible en septiembre de 2020. Mientras tanto, ha lanzado una versión digital, que se actualiza con un capítulo nuevo cada semana y que se puede adquirir a través del siguiente enlace: https://gumroad.com/l/timlibro
ENTREVISTA A LAURA HENCHE, AUTORA DEL LIBRO TIM Y EL TRASTERO DEL TIEMPO
TuEscaparate ¿Dónde nace Tim? (Es decir, cómo se te ocurre la idea)
Laura Henche: El primer esbozo de Tim y el trastero del tiempo nace unos cuantos años atrás, cuando todavía era estudiante en la universidad. Parece de risa, pero tuve un sueño en el que veía a un niño rubio correr a algún sitio. Vestía un traje que le estaba grandísimo y llevaba sombrero y maletín.
Recuerdo escuchar a este niño decir algo sobre lo paradójico que era el tiempo y cómo uno podía llegar tarde y pronto si se lo proponía. Me desperté a las seis de la mañana y escribí esta pregunta: ¿qué pasaría si existiese un lugar donde los fantasmas fabricaran tiempo para los vivos? Ese lugar resultó ser el trastero del tiempo.
¿Cuáles son las mayores influencias e inspiración detrás de Tim y el Trastero del Tiempo?
Esta es una pregunta complicada para mí. Parece un cliché decir que todos los trabajos literarios que han pasado por mis manos han moldeado Tim y el trastero del tiempo, pero en cierta manera es así. Puesto que mi novela bebe de varios géneros, como ciencia ficción, fantasía, misterio y terror, he tenido en cuenta a autores de lo más variopintos, como H.G. Wells, Shirley Jackson, Lewis Carroll o Roald Dahl. Me fascina, por ejemplo, la capacidad que tenía Shirley Jackson para sumir al lector en el terror psicológico valiéndose de elementos cotidianos que no parecen en ningún modo amenazantes.
Pienso en Siempre hemos vivido en el castillo, una de las novelas que más me han inspirado para ciertos pasajes del libro. Me parece que el dinamismo de Roald Dahl en sus novelas infantiles también es clave. ¿Por qué decir «a, b y c» cuando el lector solo quiere leerse la «a» y la «z»? Para una novela juvenil esto es primordial. Su imaginación desbordante me sigue enseñando a no tener miedo a la fantasía, incluso si a veces llega a rozar lo absurdo. En Tim y el trastero del tiempo el lector encontrará muchas referencias a otras historias juveniles que han marcado un antes y un después en nuestra cultura. Por ejemplo, Penélope Dorvis (uno de los personajes más importantes de la novela) es un humilde homenaje a Pippi Calzaslargas.
¿Por qué una novela juvenil?
A decir verdad, no hubo una razón concreta por la que me decantara por este público. Creo que escribir una historia para los lectores más jóvenes puede llegar a ser un trabajo muy divertido, puesto que la creatividad se magnifica. Cuando se trata de escribir una novela juvenil el escritor cuenta con herramientas literarias, como es el elemento fantástico, que no siempre ve oportuno utilizar en otro registro.
Normalmente solemos decir que los adultos ponen más trabas a usar la imaginación, a entrar en un mundo nuevo y a dejarse llevar por él. Sin embargo, aquellos que seguimos siendo “adultos pequeños” disfrutamos tanto o más de este tipo de narrativas, quizá porque precisamente nunca hemos dejado de leerlas. Los escritores que seguimos soñando y apreciando la magia intentamos aprender de las grandes historias juveniles que hemos heredado para traer un buen trabajo al lector.
¿Qué te gustaría transmitir con esta historia a los más pequeños que la lean?
Lo primordial es que disfruten de la historia, que quien la lea se transporte al planeta de Ermínedes y siga los pasos de unos cuantos fantasmas como si fueran los suyos. Tim y el trastero del tiempo habla sobre lo increíblemente poderosa que es la fuerza que vive dentro de todos nosotros, esa fuerza que nos levanta todos los días, que nos da esperanza y que, sin embargo a veces subestimamos.
Creo que todos los que alguna vez se han sentido como un pez fuera del agua sabrán ponerse en el lugar de Tim, un niño sencillo que, de buenas a primeras, se despierta lejos de sus padres y del mundo que conoce, hecho fantasma. Tim empieza solo, pero aprenderá muchas cosas en el transcurso: aprenderá a romper las reglas que sabe que son injustas, a creer en la magia de ser diferente y, por supuesto, conocerá el poder de la amistad.
Crees que los niños leen mucho o poco, ¿cuál crees que es la razón?
Creo que, actualmente, la situación con la lectura está dividida: por un lado, tenemos niños que leen muchísimo, bien porque sus padres los han animado a hacer de la lectura un hábito, bien porque encuentran refugio en los libros. Por otro lado, a muchos otros niños les ocurre lo opuesto: esquivan la lectura y tienen otros intereses que han cultivado a lo largo de los años, los cuales pueden ser contraproducentes para ellos.
La razón por la que esto se produce puede ser, en mi opinión, causada por la brecha educativa que divide nuestra sociedad: muchos padres no ven un motivo por el que deban leer un cuento a sus hijos diariamente. ¿Por qué enseñarle a mi hijo a habituarse a leer y a amar la lectura si el colegio ya se ocupa de todo eso? Es importante recalcar los beneficios cognitivos que tiene la lectura, en especial a una edad temprana: desarrolla la empatía, permite el planteamiento de preguntas y abre ventanas a nuevos conocimientos. Si estamos de acuerdo en que necesitamos una sociedad más tolerante y afectuosa, entonces la lectura es fundamental.
¿Cómo ves el panorama actual para los escritores? ¿Crees que os perjudica Internet u os favorece como medio de llegar más lejos? ¿Cómo crees que os repercute la piratería digital a los escritores?
Mi opinión aquí no está bien fundamentada, pero me inclino a pensar que la era tecnológica, como casi todas las cosas, tiene sus beneficios y desafíos. Tanto los escritores como las editoriales estamos en proceso de adaptación: todavía tratamos de encontrar un terreno común donde el escritor pueda dar a conocer su trabajo y el editor a su vez saque rendimiento del mismo. Las reglas del juego siguen siendo las mismas que antaño, pero el contexto que se nos presenta ha cambiado radicalmente. Internet es una prueba de ello.
Creo que la nube tiene la potestad de convertirse en un grandísimo escaparate para el escritor y la editorial, pero el valor de cualquier escaparate aumenta o disminuye según qué clase de cosas se esté exponiendo. No es inusual que muchas obras prometedoras en Internet pasen desapercibidas entre cientos de propuestas cuya calidad literaria no puede determinarse.
A mi modo de ver, Internet sin regulación es un arma de doble filo: mientras que los escritores gozan de una libertad sin preámbulos, el valor de la literatura también puede verse mermado si el foco de atención de las editoriales es el erróneo. De ahí que la edición de autor esté empezando a tener relevancia actualmente.
¿Siempre pensaste en ser escritora o ha sido un accidente?
No pensé en ser escritora hasta que empecé a estudiar literatura. Gracias a los estudios gané una perspectiva enriquecedora de este trabajo: aunque ya tanteaba la poesía a una edad en la que todavía no dominaba las normas ortográficas, siempre tuve la impresión de que escribir era aburrido. Igualmente seguí escribiendo.
Durante mi adolescencia escribía mucha poesía y algunos cuentos. Una vez entrada la veintena y con algo más de madurez, vi el entusiasmo que mis maestros profesaban a los libros y percibí una comunión especial entre los autores y los lectores que no había comprendido antes. Cuando mis maestros leían una página de Hijos y amantes, por ejemplo, examinaban los mecanismos que hacían funcionar la novela, planteaban debates trascendentales y también reprochaban muchas cosas al escritor.
Lentamente yo me uní a ese entusiasmo. Se tomaban la literatura muy en serio. Mis maestros me enseñaron que escribir era un ejercicio noble y que tenía valor.
Sé que es muy pronto para decirlo, pero ¿te ves como escritora para siempre o tienes otras planes?
Tengo la mala costumbre de no dar las cosas por sentado, pero hoy por hoy sigo escribiendo tanto o más que hace un par de años. Siempre estoy cerca de los libros para apreciar el trabajo de otros autores y aprender de su ingenio. Lo maravilloso que tiene esta profesión es que el aprendizaje se perpetúa.
Solamente el acto de vivir es como estar encerrada dentro de un museo donde las pinturas cambian de apariencia constantemente: está repleto de sorpresas que nos permiten escribir sobre ellas. Con veintiséis años el mundo me sigue pareciendo un fenómeno prodigioso. Sus analogías, sus misterios y paradojas me llaman la atención. Sería difícil para mí vivir sin comunicar estas cosas.
Su pasión por la lectura y la escritura nos han regalado una obra literaria entretenida y fascinante. Nos la dará con cuentagotas, pero quizás, incluso con esta fórmula de entrega haya creado una nueva forma de transmitir historias.